Editorial
Cuando era más chico siempre me sorprendió esta semana de agosto que acabamos de pasar. Me sorprende como en tan pocos días conmemoramos y celebramos acontecimientos que de una u otra manera nos definen nuestros ideales de exploradores salesianos.
El 14 de agosto celebramos el “día del explorador” en conmemoración de la primera vez en que fue visto en público el Batallón número 1 Manuel Belgrano (hoy denominado Pablo Barton), hace exactamente 104 años.
El 15 de agosto celebramos la fiesta de la asunción de María al cielo. En el plan maestro de Dios, la mujer que fuera a concebir a su hijo tenia que ser pura y libre de pecado; para esto Dios hizo que María fuera concebida sin pecado original. Al tener que pasar de la vida terrenal a la celestial, María, no podía pasar por la muerte, por este motivo es asunta en cuerpo y alma al cielo; es decir es elevada por otros al cielo. Desde allí es Madre nuestra, Reina y Capitana.
En el oratorio de Valdocco cada 16 de agosto era una fecha que Ningún joven se quería perder, era el cumple de Don Bosco y se celebraba con mucho júbilo y entusiasmo. Ese legado se fue continuando hasta el día de hoy, donde seguimos festejando el cumpleaños de nuestro padre.
Por último, el día 17 conmemoramos el paso a la eternidad del Gral. José San Martín. Para nuestro batallón viste de especial importancia, dado que lleva el nombre de la primera batalla librada por el regimiento de Granaderos a caballo. San Martín hizo toda su gesta por amor a la patria y es ese amor que nosotros los exploradores admiramos e imitamos.
En 4 días, celebramos y recordamos nuestra promesa de explorador, que tenemos una Madre en el cielo que nos cuida, que tenemos un padre que nos acompaña en el patio y que somos parte de un batallón que lleva el nombre de uno de los acontecimientos más importantes para nuestra historia.
…en fin, aún hoy, me sigue sorprendiendo.
Juan Pablo Lo Coco
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